Mi familia luchó
Mis padres iniciaron una lucha incansable para conseguir sacarme del pozo en el que estaba:
– Me ingresaron en 8 centros de desintoxicación
– Me llevaron a 30 psicólogos y 15 psiquiatras
– Me hicieron clínica hipnosis
– Cura del sueño…
Incluso a brujos para que me sacaran el demonio que tenía dentro.
Todo sin éxito ninguno, y viendo después de tantos años la imposibilidad de convivir con tal monstruo que lo destrozaba todo, tomaron la decisión más dura de su vida: echarme de sus vidas, por lo que tuve que irme a las calles de Jerez de la Frontera a vivir como un vagabundo. Podéis imaginar lo que viví en la calle conviviendo con gente igual que yo: hambre, palizas, detenciones y lo peor de todo, 8 sobredosis con entrada en UCI, con las cuales estuve a punto de perder la vida.